Creo que en los baches es donde aprendemos el doble. Cuando la carretera es recta, sin curvas ni tramos rocosos o sin asfaltar no sientes la necesidad de parar ni de replantearte el camino.
Y yo ahora me encuentro en esa parada que recomiendan hacer cada dos horas de viaje, algunas personas la estiran un poco más dependiendo de si van más o menos cansadas o de la calidad de el trayecto, si van en buenas condiciones físicas y psicológicas, si van solas o en compañía, etc; el caso es que necesitaremos parar más de una vez en nuestras vidas.
Me he dado cuenta de que es tan importante seleccionar bien la ruta y tener un buen vehículo como que si llevas un copiloto a tu lado sea de categoría. Y no me refiero a unas cualidades físicas, económicas o materiales, si no a que tenga un buen motor latiendo dentro de si, a decir verdad se pueden sentar miles de personas a nuestro lado unas serán amistades , familiares o parejas pero con esta experiencia que llevo encima de carreteras , destinos y paisajes puedo afirmar que para no tener que estar parando antes de las dos horas es imprescindible que tu copiloto no te desvíe, entretenga o te haga daño, por que yo me he quedado parada por que tome un bache a demasiada velocidad y ahora sé que es por que me deje llevar por un copiloto que no me facilitaba llegar sana a mi meta, por eso ahora no voy a dejar que se sienten a mi lado cuando vea la más mínima duda de que lo merecen.
Comentarios
Publicar un comentario